Me gusta mi nombre, el segundo de ellos, por su fonética fuerte como mi carácter, por su género femenino, como yo. Soy consciente del paso del tiempo que se divierte expresando líneas en mi rostro de cuatro décadas vividas.
Me gusta la música cuando se mezcla con el sonido del viento mientras manejo en carretera o vuelo en bicicleta.
Bailo al son que me tocan porque disfruto el movimiento que hace juego con mi cabello largo.
A veces escribo lo que se me ocurre y otras veces lo canto, me gusta alzar la voz, no solo para entonar la canción, sino también para reclamar injusticias.
Inhalo profundamente el olor a libertad, que no me deja sentirme sola, sino en paz, ahí donde ya no entra nadie a perturbar mi tranquilidad.
Mi vientre se ocupó y nació el amor más profundo que pude conocer, quién lleva también mi nombre, y es una bendición desde hace ocho años.
He amado y prometido en la casa de Dios un amor hasta que la muerte nos separe, sigo viva y llegó antes la separación, pero creo fervientemente en el amor.
Tuve un ejemplo de fortaleza en el hombre que le dio vida a mi padre, y en la mujer que me la dio a mí.
Nutro el alma con letras que erizan la piel y el corazón.
La tristeza ha mermado mi espíritu alegre cuando seres queridos han partido de este mundo, fuera de eso gozo y disfruto cada paso desde el Alba hasta que llegue el final de mis días.
Hi, this is a comment.
To get started with moderating, editing, and deleting comments, please visit the Comments screen in the dashboard.
Commenter avatars come from Gravatar.